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Lo que me gustaría decir a los que no me contratan por ‘vieja’

Con mucho humor y altas dosis de ironía, abordamos las ‘razones’ para NO contratar a alguien en la cincuentena. ¿Demasiado fiable? ¿Con demasiada experiencia? ¿Con criterio e ideas propias? Si quieres reírte con los avatares de una mujer en la cincuentena, échale una ojeada a este artículo.

Un hombre mira serio a la cámara

¿Qué haría Pepe? Lecciones para triunfar en la empresa como si fueras un macho alfa

¿Sabéis quién es Pepe? Es ese tipo que a las mujeres nos provoca una mezcla de rechazo y fascinación. Derrocha confianza, cuando habla todos le escuchan y cuando pide algo, lo consigue, mientras nosotras trabajamos como hormigas resignadas en nuestro rincón. Nosotras no queremos ser Pepe, pero ¿sabéis que podríamos aprender mucho de él?

Una científica observa una muestra de vinagre de sidra de manzana

Vinagre de sidra de manzana, un milagro en la despensa

Muchos supuestos superalimentos tienen nombres exóticos, cuestan un riñón y encontrarlos es más difícil que localizar a Wally.
No es el caso del vinagre de sidra de manzana, que tenemos en la cocina sin sospechar que es una maravilla, objeto de numerosas investigaciones científicas.

Representación de la IA DALL-E de una mujer de 50 años

¿Cómo ve chat GPT a una mujer en la cincuentena?

Le dije a la IA: «Haz un retrato de una mujer típica de 50 años». El resultado me dejó atónita. ¿Es esa la imagen que la inteligencia artificial tiene de nosotras después de alimentarse de los contenidos de Internet y las redes sociales?

Mírame, no soy invisible

Entrar en la cincuentena es como como ponerse la capa de invisibilidad de Harry Potter. A esa edad, muchas mujeres tenemos la misma sensación: de repente es como si los otros dejaran de vernos, como si nos convirtiéramos en invisibles.

Un mujer de espaldas mira a la parte de atrás de un reloj

Obsolescencia programada

¿Por qué a partir de los 50 años dejamos de soñar a lo grande? No sé si os habéis dado cuenta, pero la lista de lo que «voy a hacer en mi vida» se resume a las vacaciones del próximo verano y poco más. Es como si nos hubieran implantado un microchip de obsolescencia programada en las neuronas.

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