Con mucho humor y altas dosis de ironía, en este artículo vamos a ver por qué las empresas NO deberían contratar a las mujeres (y los hombres) de más de 50 años. Como os podéis imaginar, nuestro objetivo es poner de relieve el absurdo de un sistema que deja de lado a personas de gran experiencia y valía utilizando ‘argumentos’ sin fundamento real.
Pongámonos en situación: Ana Bueno (nombre imaginario, por supuesto) es una mujer en la cincuentena, con amplia experiencia, determinada, profesional. Ella sabe que, salvo la juventud, lo tiene todo. Entonces, ¿por qué no encuentra empleo? La situación la estresa porque nunca había estado en paro y ahora, de repente, se siente rechazada sin entender las razones.
¿Y si ella dijera TODO lo que piensa en la próxima entrevista de trabajo? El empleo seguro que no se lo dan, pero, como veréis, será CATÁRTICO, DIVERTIDO y MUY LIBERADOR.

Y usted, ¿por qué se considera la persona idónea para este puesto?
A Ana la acaban de llamar de BON&ATOS Y COMPAÑÍA (ya sé, con el nombre me he lucido). La empresa dice que necesita urgentemente a alguien con su perfil y el jefe de Recursos Humanos le propone una entrevista por videoconferencia. Veamos qué ocurre:
LA ENTREVISTA DE TRABAJO
– Buenos días, soy Prudencio Nieto, jefe de Recursos Humanos de BON&ATOS Y COMPAÑÍA. Ana Bueno ¿verdad?
– Sí. Encantada señor Nieto. Buenos días.
– Veo que tiene 30 años de experiencia en distintos puestos de responsabilidad… Referencias… Perdió su trabajo en una reestructuración… Le explico: estamos implantando una estrategia dinámica de empresa para convertir a BON&ATOS Y COMPAÑÍA en líder del sector en cinco años y, en diez años, penetrar en los mercados internacionales….
Y es, en ese preciso momento, cuando el jefe de Recursos Humanos pronuncia las frases asesinas:
La verdad, no creo que su perfil se ajuste a lo que estamos buscando. ¿Dónde se ve usted dentro de 5 o 10 años? ¿Por qué considera que es la persona idónea para este puesto?

Llegado este punto, ella comprende que el tipo no tiene ninguna intención de contratarla porque en «5 o 10 años» se la imagina casi en la sepultura. «¿Qué hago?», se pregunta Ana, «¿le digo lo que pienso? ¿Respondo sin tapujos ni falsa modestia a su pregunta? ¡Vamos allá!, de perdidos, al río:
Y esto es lo que Ana le diría a todos los señores nieto…
Mire, señor Nieto, soy la persona idónea para este puesto, esencialmente, porque soy como un vino gran reserva: cada vez estoy mejor.
¿Y ve estas arrugas? Son como las muescas de un revólver, cada una representa una crisis superada. ¿Ve esta de aquí, esta pata de gallo? Pues es de todas las noches sin dormir cuando mis hijos eran pequeños. ¿Y esta profunda entre los ojos? Me ha salido en su adolescencia… ¿Y esta otra junto a la boca? Esta es de trabajar a brazo partido toda la vida.

Pero en el fondo, entiendo perfectamente su postura…
¿Demasiado fiable?
¿Para qué querría usted contratar a una persona fiable y puntual? ¿Cómo iba a prosperar la cultura de las excusas en la oficina si contrata a alguien implicado y que trata de hacer su trabajo a tiempo?
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¿Demasiado estable?
– ¡Y qué espanto, contratar a alguien sin dramas!
Los dramas son la sal de la vida. ¿Cómo va a sobrevivir BON&ATOS Y COMPAÑÍA sin crisis emocionales los lunes por la mañana? Se necesitan lágrimas, emoción, rupturas, traiciones…

¿Demasiado fiel?
– ¿No es eso? Ah, ya entiendo, el problema es que no me voy a ir dentro de seis meses a otra empresa que me pague más.
¡Como no lo he pensado antes! Se rompería la dinámica de rotación continua de personal, sin contar con lo que se aburrirían los de Recursos Humanos.
¿Con demasiada experiencia?
¿No? ¿Tampoco es por eso? ¡No me diga más! ¡Lo sabía! Lo que pasa es que tengo TACHÁAAAN demasiada experiencia. Lo entiendo, lo que necesita esta empresa es sangre nueva, ideas innovadoras, ambición. ¿Qué el tipo no tiene ni idea de lo que tiene que hacer? No pasa nada. Ya se curtirá.

¿Con demasiadas ideas?
Aunque también es posible… Sí, muy posible… En efecto, ¡tiene tanta razón! Contratar a alguien con criterio e ideas propias es un riesgo que ninguna empresa puede asumir. ¡Alguien a quien no se le salten las lágrimas con el último proyecto delirante del director de marketing!
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¿Qué falla en el sistema? Rebatiendo las ‘razones’ para no contratar a un ‘senior’
Igual se me ha ido un poco la mano con la ironía, aunque pensándolo bien…
Para las personas de más de 50 años, los ‘senior’, como nos llaman las empresas, el camino para encontrar un trabajo es arduo. ¿Qué falla en el sistema? ¿Qué es lo que no funciona para que tantas mujeres y hombres valiosos se vean aparcados por una cuestión de edad?
Nos jugamos mucho más que un joven
No me digan que piensan de verdad que no vamos a hacer bien nuestro trabajo. O que no vamos a poner todo nuestro corazón o nuestro empeño. Yo diría que es lo contrario, porque nosotros nos jugamos mucho más que un joven y, si algo queremos demostrar es precisamente eso: que no somos viejos.
¿De verdad salimos más caros?
Sé que las empresas tienen miedo de que les salgamos caros, pero creo que salimos mucho más a cuenta que un recién licenciado que, una vez formado, se les va a ir a las primeras de cambio.
Ni somos un lastre ni estamos pensando en la jubilación
También les asusta nuestra edad. ¿Y si se pone enfermo o enferma? Seguro que solo busca colocarse hasta la jubilación.
Seamos sinceros, a muchos cincuentones nos rechinan las articulaciones y la báscula nos insulta cuando nos ve por la mañana, pero la mayoría compensamos con creces nuestros pequeños achaques con ganas, experiencia y convicción.
¿Y la jubilación? En el mejor de los casos no quedan 15 años de vida activa. ¿De verdad pretenden que nos quedemos esperando el final en un rincón?
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¿No queremos aprender? ¿No sabemos adaptarnos?
Y que no se les ocurra decirnos que no queremos aprender, porque muchos tenemos auténtica urgencia por estar al día, por no quedarnos atrás, descolgados. En cuanto a la capacidad de adaptación, los que hoy estamos en la cincuentena no hemos hecho otra cosa en la vida que adaptarnos a un mundo y una revolución tecnológica cada vez más rápida.
En cuanto a las empresas, solo puedo deciros que deberíais ir poniendo la copa, porque hay mucha gente con experiencia preparada para añadir su vino gran reserva
Espero vuestros comentarios, tanto si estáis de acuerdo como si no. También os animo a suscribiros. En Tengo cincuenta y qué cada vez somos más y, con vuestra ayuda, seguiremos abordando los temas que nos interesan. Un abrazo enorme y hasta muy pronto.
Ellos/as se lo pierden!! Pronto se arrepentirán…
Tienes razón, querida Mariana. Además, en una sociedad en la que cada vez vivimos más años y en la que se retrasa inexorablemente la edad de la jubilación, aparcar a la gente en la cincuentena, con experiencia y ganas, es un sinsentido. Gracias por tu mensaje.